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domingo, 24 de julio de 2011

ENTREVISTA A YULIA EREMINA EN LA REVISTA THE FASHION ART.


Entrevista de Yulia Eremina en The Fashion Art.




¿Cómo empezaste en el diseño de tocados y por qué?
Soy diseñadora de ropa y al mundo de la sombrerería llegue poco a poco. Empecé haciendo flores de tela artesanales con todas sus combinaciones. Y luego, a parte de adornar los vestidos, zapatos y bolsos quise darles un toque sofisticado, colocándolos sobre un sombrero.
El sombrero no es un accesorio más del vestuario guardado en el armario. (Para mí) es un objeto soñado convertido en realidad.
Convertirlos en algo real, es mi pasión y mi profesión.

¿Qué materiales usas?
En sombrerería se utiliza fieltro, sinamay o la tela-base, posteriormente cubierta con seda, gasa u otro material.
Pero para mí no existen las reglas, me guio por mi intuición, por una libre asociación de ideas, la sorpresa puede aparecer muchas veces durante el proceso de elaboración.

¿En qué te inspiras?
El mundo es como un mosaico de imágenes mágicas. Cualquier objeto o imagen, que atraiga mi mirada, unas notas que musicales que acarician el oído... todos los sentidos están siempre en alerta. La idea surge del pensamiento y contacto con la realidad.

¿Qué diseñador es tu referente en el mundo de diseño?
La magia de Dior, sin duda alguna, su perfección y su manera elevar la moda a la altura del Arte.

¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a ello?
Ya son 7 años de camino… al principio a ciegas, como todos, buscando...
Y ahora con la experiencia y el trabajo diario aparece una luz, luego otra… luego más y más luz hasta convertirse en focos teatrales y ya no hay miedo porque el camino está iluminado.

¿Qué esperas para el futuro?
Espero seguir disfrutando de mi trabajo en el mundo de la moda en general.
Tengo varias ideas: como hacer la colección de abrigos de invierno o dar clases de sombrerería por ejemplo. Poder combinar con los trabajos de estilismo para el teatro y televisión (creación y adaptación de los personajes).
Seguir haciendo los desfiles como shows teatrales. Sin olvidar nunca que los sombreros me eligieron a mí, y es un amor.